Los paloteos son una de las tradiciones más interesantes de Fuenterrebollo donde la dulzaina es un elemento, principal.
Las danzaban sólo hombres, en la procesión de San Antonio, en la de la Virgen de Agosto y San Roque. En las danzas participan, un dulzainero, un tamborilero, el Zarragón, que se encarga de disponer al público, organizar las danzas y participar en algunas de ellas y ocho danzantes. Además de los paloteos se danzaba un baile de cintas “El Cordón”. En la primera mitad del Siglo XX Sinforiano Calvo es el músico que más las tocó, a veces también las tocaron otros dulzaineros del pueblo, Serafín Vaquerizo y su padre Gonzalo. Las danzas se perdieron tras la Guerra Civil y las recuperó la sección femenina a finales de los años 40, esta vez con chicas, aunque más tarde hubo años en que de nuevo danzaron chicos, en 1950 las mozas ganaron un premio provincial y de esa ocasión se conserva una fotografía. Volvieron a perderse las danzas en los años 60 con la emigración masiva de la zona y se recuperaron en los años 90 con una formación femenina acompañadas por Serafín y Santiago, para abandonarse después. Es destacable que a pesar de las similitudes con las melodías de pueblos cercanos, es interesante el final de las mismas, más largo que en pueblos de la zona y con ritmo de entradilla. En este final, los danzantes se disponen en dos filas paralelas mientras que el zarragón baila desde atrás a adelante entre las filas de danzantes y termina danto un salto. Se baila también el clásico Arco, todo el con ritmo de jota, similar a la Pinariega y que en el pueblo llaman Entradilla o Entradilla de San Antonio. El zarragón baila llevando a los danzantes desde su posición inicial a la zona donde realiza El Arco por donde pasa la imagen del Santo. Cuando se recuperaron las danzas se volvieron a bailar en la procesión de San Antonio y en otras ocasiones como en la Semana Cultural que se celebra en Agosto.